Los cachorros pueden jugar de forma brusca. A su edad, el juego consiste en perseguir, abalanzarse, ladrar, gruñir y morder. Esto se debe a que en esta etapa la socialización es crucial para ellos, ya que les ayuda a conocer su entorno y a relacionarse con otras mascotas.

Muchos propietarios de mascotas confunden un comportamiento de juego normal con una agresión, o se ríen de un comportamiento que es una señal de advertencia de un comportamiento verdaderamente agresivo. Aunque el juego normal puede llegar a ser intenso, es importante saber distinguir el comportamiento normal del anormal.

En un juego normal, un cachorro puede inclinarse, bajar la cabeza, levantar la parte trasera, presentar su frente y su costado al propietario, mover la cola, lanzarse de un lado a otro, emitir ladridos y gruñidos agudos, y atacar espontáneamente a personas u objetos. Por lo general, sus orejas estarán levantadas y su boca estará abierta y relajada.

Los comportamientos problemáticos son los gruñidos prolongados y de tono profundo, la mirada fija, la postura rígida y la curvatura de los labios. Es más probable que las orejas estén echadas hacia atrás. En lugar de bajar la cabeza y levantar las patas traseras para jugar, es probable que el cachorro se mantenga rígido.

Los cachorros de menos de 12 semanas de edad que reaccionan al dolor o al miedo gruñendo o chasqueando están respondiendo de forma anormal. Los cachorros de una manada de perros serían atacados si respondieran agresivamente a la corrección de un perro adulto. No es un desarrollo cerebral normal que un cachorro haga eso a las personas o a otros perros. Cuanto más joven es un perro cuando muestra comportamientos agresivos graves, como gruñir o chasquear cuando se le maneja, más probable es que muerda e hiera a los humanos en el futuro.

Se ha demostrado que los métodos de adiestramiento basados en el castigo empeoran la agresividad. Según un estudio realizado en los Estados Unidos, el 80% de los perros que se presentan a los especialistas en comportamiento por problemas de agresividad han sido adiestrados por sus dueños en casa con métodos de castigo. Cuanto más hábil sea el adiestramiento y más basado en la recompensa, más adaptado y amistoso será el perro. Un mal adiestramiento crea perros malos. La mayoría de los propietarios de perros pasan demasiado tiempo corrigiendo comportamientos que perciben como incorrectos y demasiado poco tiempo enseñando al cachorro lo que quieren que haga en su lugar. Te aconsejamos que no castigues a tu mascota y, en su lugar, cambies la estrategia por la recompensa, enseñándole los comportamientos que deseas a cambio.

Te mostramos algunas técnicas para que evites los comportamientos agresivos o sepas reaccionar cuando se presenten:

Distráelo cuando haya un mal comportamiento:

Ten siempre a mano un juguete al que el cachorro pueda transferir su atención. En otras palabras, cuando el cachorro esté excitado y ataque tus pies o manos, redirígelo hacia un juguete.

  • Habla y aléjate:

Si el cachorro te muerde muy fuerte, grita "ouch" y retrocede. No juegues más. Esto es lo que hacen los compañeros de camada y cómo se enseñan mutuamente a no jugar de forma demasiado brusca. Un mordisco fuerte provoca un grito y la retirada del juego.

  • Interrumpe los comportamientos problemáticos:

Puedes interrumpir los comportamientos problemáticos sobresaltando al cachorro, no castigándolo. Una lata con monedas o grava que suene, una pistola de agua, una palmada o un sonido "eh" o "bah" sobresaltan al cachorro para que deje de comportarse así. A continuación, dispón de unos dos segundos para incitar al cachorro a hacer otra cosa en su lugar. Sin embargo, ten cuidado de no asustar a los cachorros tímidos, ya que una sacudida puede asustar demasiado a su mascota y generar un efecto negativo.

  • Cuando tu cachorro esté tranquilo y relajado, elógialo o dale golosinas. Premia el comportamiento que quieres que el cachorro muestre como perro adulto. Si el cachorro está demasiado excitado y nervioso, dale un tiempo de espera. Ponlo en su propia habitación o jaula con algunos juguetes hasta que se calme.
  • Prepara una línea de arrastre dentro o fuera de casa. Si tu cachorro tiene una correa que puedes agarrar rápidamente, es más fácil alejarlo de algo travieso. No castigues, sólo interrumpe.
  • Haz mucho ejercicio. Por ejemplo, los niños que tienen recreo/descanso en la escuela se concentran mejor en clase después. Lo mismo ocurre con los perros. Muchos corren y juegan mucho menos de lo que necesitan para crecer sanos, fuertes y relajados. Dato: correr por el asfalto no es bueno para los huesos y las articulaciones de los más pequeños, mantén el juego en la hierba.
  • Proporciona también estimulación mental. Los juguetes que tienen una galleta o golosina en su interior, los rompecabezas, el aprendizaje de trucos y órdenes o la salida a la aventura mantienen al cachorro ocupado y feliz.
  • Entre las 8 y las 12 semanas de edad, socializa con personas y lugares, y entre las 12 y las 16 semanas, con otros cachorros y perros adultos tranquilos. Cuanto más socialice un cachorro, mejor se comportará en todo tipo de circunstancias. Sin embargo, no vayas al parque para perros hasta que tu cachorro haya completado su serie de vacunas.
  • Enseña a tu perro las órdenes básicas de obediencia, preferiblemente en una clase. Aprende de un experto cómo entrenar a tu perro correctamente. Evita a los adiestradores que utilicen métodos aversivos o de castigo, como collares de púas o de choque. Ponte en el lugar del animal: ¿Cómo te sentirías si tú o tus hijos fueran golpeados, abofeteados o ahogados en clase? Tu perro tampoco debería recibir ese trato.
  • Utiliza cabestros (collar de adiestramiento) para los perros adolescentes. Estas herramientas de adiestramiento marcan la diferencia cuando se trata de ladridos, embestidas y otros comportamientos rebeldes, sin dolor ni asfixia.
  • No utilices ninguna medida de castigo físico como sacudidas del pelaje, apretar o empujar a la mascota al suelo, golpear o dar manotazos. Haz con el cachorro lo que te gustaría que te hicieran a ti. Los perros agresivos, temerosos o ansiosos a menudo se hacen, no nacen.

 

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2 comentarios

Maria Isabel Jimenèz Amezquita

Maria Isabel Jimenèz Amezquita

Mejor relajen a su mascota con acariarlo y pidiéndole a su ángel de la guarda que se relajé para que se duerma y ya no muerda y también que deje de ser brusco y así ya se le va pasando como a mi perrita que ya se le pasó y se fue a acostar a su camita

Maria Isabel Jimenèz Amezquita

Maria Isabel Jimenèz Amezquita

No dejen a los perros bebé qué jueguen brusco porque si no de grandes van a atacar a otros cachorros y nada va a poder hacer para que lo suelten ni con echarle agua hasta que ya lo deje muerto

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